En la Ribera del Duero donde se ubican los pagos, se encuentran a una altitud aproximada de 700 a 900 metros, dicha altitud produce grandes amplitudes térmicas entre el día y la noche, unida a veranos secos de 40ºC e invernos argos de -18ºC y con estos rigurosos y con acusadas oscilaciones térmicas a lo largo de las estaciones, permite producir vinos de excelente color y estructura, aptos para una crianza en barrica prolongada.
Los suelos de nuestros viñedos constituidos por capas más o menos lenticulares de arenas imisas o arcillosas destaca la alternancia de capas.
Son suelos pobres en materia orgánica lo que le facilita la obtenición de uvas de excelente calidad.